¿Cómo se mide el voltaje eléctrico en relación con una lesión humana?
En concordancia con lo expresado por la Administración para la Salud y la Seguridad Ocupacionales, hay tres niveles generales de choque eléctrico. Las corrientes se miden en miliamperes, o mA. La OSHA ha determinado que alguien que haya recibido un choque de entre 1 y 5 mA podría experimentar una sensación de hormigueo ligera o molesta. Entre los 6 y los 16 mA se encuentra la zona de «abandono», lo que significa que en ella una persona todavía es capaz de liberarse de la fuente de corriente eléctrica. Los trabajadores que sufren electrocuciones cuya intensidad supera los 17 mA pueden experimentar insuficiencias respiratorias, daños a los órganos y otros efectos irreparables. Todo esto sucede en pocos segundos y no es necesario quedar expuesto por mucho tiempo. Por supuesto, cuanto más expuesta esté una persona al voltaje alto, mayor es su posibilidad de sufrir daños irreversibles.
¿Qué clases de lesiones se producen más frecuentemente por electrocuciones en sitios de construcción?
Las electrocuciones pueden provocar innumerables daños de gran magnitud. Como se trata de voltajes elevados, hay riesgos de quemaduras graves, trastornos respiratorios e insuficiencias orgánicas. Entre otras lesiones se pueden incluir: paro cardíaco, rupturas de huesos y las consecuencias de una caída. Con frecuencia, un choque eléctrico o una electrocución se produce mientras los trabajadores se encuentran en una escalera o un andamio, incurriendo directamente en una caída que a su vez provoca más lesiones. También suponen un riesgo tremendo los paros cardíacos, los daños a los nervios y las desfiguraciones por quemaduras.